Para evitar accidentes, es fundamental realizar una conducción responsable. Acá algunas recomendaciones para lograr la mayor comodidad durante el manejo.
Los dolores cervicales o lumbares son frecuentes entre quienes invierten gran parte de su tiempo en conducir un vehículo. Estos malestares se acentúan aún más cuando el chofer tiene una edad avanzada o alguna enfermedad de base.
Por ello, es fundamental conocer cuál es la posición ideal que debe asumir una persona para sentarse al volante. Estar demasiado cerca o muy echado hacia atrás, son los errores más habituales entre quienes manejan, lo que conlleva mayores riesgos a la hora de tener el control del vehículo.
¿Cómo hacerlo correctamente? Según los especialistas, las distintas partes del cuerpo deben estar apoyadas cómodamente.
- La espalda, por ejemplo, debe ajustarse a la posición del asiento, de modo de quedar con una inclinación cercana a los 100° y 110°. La intención es que la posición no genere dolores en la cintura, ni tampoco se fatiguen los hombros o el cuello.
- Por su parte, las muñecas deben quedar apoyadas en la parte superior del volante, lo que permitirá que los codos tengan una leve inclinación cuando se esté doblando e impediría que el conductor se canse producto del estiramiento excesivo.
- En el caso de las piernas, es recomendable que las rodillas queden levemente dobladas al momento de pisar el freno o el embrague. De esta forma, las personas podrán reaccionar con mayor fuerza y rapidez ante una emergencia.
- También es aconsejable no agarrar con suficiente fuerza el volante, ya que esto solo provocará que las manos se cansen más rápido.
- Por otro lado, es importante que las manos estén siempre sobre el volante para no descuidar la conducción, en caso que se necesite hacer un cambio de marcha a última hora.
Finalmente, es fundamental para la seguridad del conductor y sus pasajeros, que se ocupe el calzado adecuado, que le de firmeza al pie y tenga una suela antideslizante. Por ello, es recomendable que no se ocupen sandalias, tacos o plataformas que le quiten estabilidad al pie, y, por tanto, puedan causar un imprevisto.